miércoles, 27 de mayo de 2015

Pontón de la Oliva-Presa de Navarejos (casi!). San Isidro-2015

Hola amigos. Ya han pasado bastantes días sin tener noticias de nosotros y no podemos procrastrinar durante más tiempo esta reunión internáutica que tanto nos acerca a vuestros hogares faltos de ese calor humano que tanto desprenden estas viñetas de paseos y jerigonzas.
 
Aunque el título de la entrada es el nombre de la ruta que hicimos el pasado 15 de Mayo (festividad del Patrón que tanto hizo por los madrileños de bien y de espíritu democrático occidental) , Pontón de la Oliva- Presa de Navarejos, bien podría llamarse SENDERISMO CASTIZO porque de qué mejor manera celebrar al Santo que hacer una ruta senderista enfundados en los trajes de chulapas y chulapos que tanto y tan bien representan al pueblo madrileño. Así que, como aquí veis, nos enfundamos chalecos y mantones encima de la ropa deportiva Quechua, Nike, Balancé y otras: listos para la aventura!
 


Para llegar al inicio de la ruta cogemos la carretera de Burgos y nos deviamos hacia Torrelaguna y, desde allí, todo rectal, hacia Patones de Abajo. A escasos kilómetros y en dirección a El Pontón de la Oliva, se encuentra el Pontón de la Oliva, destino de nuestra primera parada. Desde el parking instalado al efecto iniciamos la ruta, atravesando la presa y continuando el camino que sigue la ribera del río Jarama. Decir que podemos estar en cualquier paraje de los pirineos o de Asturias es quedarse corto y no damos crédito a lo que vemos estando tan cerca de Madrid.





 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 


Espectacular el paisaje en esta primavera inicial, con los verdes y rojos de la flora autóctona (de allí) y una fauna pletórica de píos,píos, trinos y excretas.. Ahhh! cómo enaltece el espíritu este conjunto de vida que nos rodea mientras la atravesamos por sendas y majadas. Y qué mejor ejemplo que esta estampa del hombre meditando sobre su destino, sobre su grandeza, hormiga de la Historia, ternerita de la sostenibilidad. Águila capaz de descubrir al reptil lejano que repta por el camino polvoriento en busca del insectillo que llevarse a la boca. Qué compendio de experiencia y sabiduría.
 

 
 
 
 
 
 
 
 

El recorrido aproximado es de 7 Km de ida y otros tantos de vuelta, aunque, en esta ocasión no llegamos a destino debido a que dimos más prioridad a la ingesta de alimentos que a cumplir el objetivo de llegar al final de la misma. Total, que a los 6 km, giramos sobre nuestros pasos e hicimos el camino inverso, emocionados y emocionadas con la suculenta comida campestre que nos esperaría en el set de catering montado al efecto con todas las viandas en perfecto estado y las bebidas en condiciones óptimas de enfriamiento. Las llagas en los pies no nos hicieron decaer y , el esfuerzo, nos hizo más apetitosa la comilona.
 
 
 
Y así, emulando la comida en la pradera madrileña del Santo, extendimos nuestros manteles de cuadros y de las tarteras salieron los olores a tortilla de patatas, a jamón, a pimientos verdes fritos, a queso, a filetes empanados  (de ternera y de pollo porque hay un friki en el grupo que en vez de enamorarse de la luna se enamoró de una ternera astur-galaica). Bebimos cerveza enfriada en los cooler más aerodinámicos que os podáis imaginar y , para la siesta, debido a la climatología, tuvimos que despedigarnos por coches o chiringuitos de la zona para echar una cabezadita o tomar un cafelito.
 
De allí partimos a Torrelaguna, pueblo cercano y de gran historia. Cuna del que fue Instituto madrileño, Cardenal Cisneros, donde precisamente me examiné de "Ingreso" en el año 65 en plena Paz de España. Allí tuvimos la oportunidad de presenciar el concierto del dúo misico-vocal Canela en Rama que está haciendo una gira Torrelaguna-Patones-Torrelaguna con mucha ingesta de tomates. A los cinco minutos del recital abandonamos el café-concierto. Si alguien quiere saber porqué, sólo tiene que mirar la foto con atención.