Hoy regresamos exhaustos y felices de nuestro pequeño viaje a Alcalá la Vieja, la fortaleza árabe que fue núcleo de población seminal de lo que luego llegó a ser Alcalá de Henares.
La fortaleza andalusí de Qalat abd al-Salam, conocida como Alcalá la Vieja desde el siglo XIII, está situada en el cerro del castillo, a 630 m. de altitud en la ribera izquierda del río Henares, entre los cerros Ecce Homo (José Miguel) y Malvecino (Enrique). Su posición defensiva y estratégica controlando la importante vía de comunicación entre Toledo y Zaragoza motivó su integración dentro del sistema defensivo de la Marca o frontera media de Al-Andalus.
(¿cómo os habéis quedao?
En un primer intento fallido no supimos dar con la dichosa fortaleza, perdiéndonos en el frondoso y salvaje monte Gurugú, pero en este segundo intento pertrechados de brújulas, sudaderas y un paquete de pipas, supimos orientarnos, gracías también, a los amables consejos de cinco paseantes jubilados que transitaban por la senda de paseo que se dirige a la fortaleza defensiva. Las aventuras del Capitán Tan eran tontunas comparadas con nuestras exploraciones.
El día ha sido neblinoso hasta las 13:00 cuando emprendíamos viaje hacia otro destino que será objeto de una nueva entrada en este blog. Ya se sabe, "mañanita de niebla, tarde de siesta".. (o algo así)
El paseo dura unos 45 minutos de ida y otros 45 de vuelta. Calculamos que sobre una hora y media se puede hacer el total del recorrido, con la opción de regreso en burro taxi hasta el coche que se ha dejado aparcado en una zona ad-hoc cercana a la glorieta de la carretera M-300 dirección Loeches y que marca el cartel : Cementerio. (más o menos)
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